¿Qué tener en cuenta antes de comprar una caja fuerte?
No hace falta ser rico para querer guardar objetos de valor en casa. Y no solo hablamos de dinero, sino de joyas, armas, documentos de valor para la familia…en definitiva, cualquier objeto cuyo valor nos sea de importancia. Comprar una caja fuerte es una de las mejores soluciones, sin embargo, al ser una inversión son muchas las preguntas que nos formulamos antes de tomar una decisión. ¿Qué caja fuerte se adapta mejor a mis necesidades? Desde Segurhogar queremos darte algunos consejos.
Lo barato sale caro
Y es que son muchos quienes deciden comprar una caja fuerte sin homologar, por lo que tontamente se exponen a que un ladrón pueda abrirles la caja fuerte en cuestión de minutos. Es por ello que siempre que decidas comprar una caja fuerte, que sea homologada y certificada. Dentro de las cajas fuertes homologadas y certificadas hay varios grados de seguridad:
- Nivel S1
- Nivel S2
- Grado 0
- Grado I
- Grado II
- Grado III
- Grado IV
Los niveles certifican que las cajas cumplen con la normativa europea EN 14450 y estos grados de seguridad certifican que han superado con éxito los ensayos frente a numerosas herramientas como destornilladores, palancas, martillos, sierras eléctricas, sopletes o lanzas térmicas entre otros. En función del grado de seguridad que necesites, el precio será mayor, pero debemos recordar que la seguridad es siempre una inversión que a largo plazo es más que satisfactoria.
Es evidente que cuanto mayor sea el nivel de seguridad que ofrecen, mayor va a ser su precio. Escoger qué caja fuerte comprar en función del precio siempre dependerá del presupuesto. El mejor consejo que podemos ofrecerte es que no estás realizando un gasto, sino que estás invirtiendo en la seguridad de tu hogar y tu familia, por lo que recomendamos evitar cajas fuertes no homologadas o certificadas, aunque sean más caras.
El tipo de caja fuerte
Podemos clasificar una caja fuerte de muchas maneras: por el uso que se le quiere dar, por su grado de seguridad, por su peso, por su precio… concretamente vamos a centrarnos en si requieren instalación o no.
Las cajas fuertes que no requieren instalación suelen ser la opción más sencilla. Su principal punto fuerte es el peso de las mismas, que las hacen complicadas de transportar y resistentes a otros factores externos. Debe tenerse en cuenta dónde quiere instalarse dicha caja fuerte, porque al ser de un peso considerable la consistencia del suelo puede verse comprometida. También son más evidentes a la vista, lo que puede suponer que los ladrones centren su atención en ella (dentro de que tienen la garantía de que no van a poder abrirla).
También están las cajas fuertes que se anclan a las paredes o bajo el suelo. Su principal ventaja es que son fáciles de ocultar (incluso puede desarrollarse el ingenio en este aspecto). La mayor pega es que requieren instalación, lo que implica meterse en obras en la casa, con sus correspondientes molestias.
El uso que se le quiere dar
Protección contra robos
Por norma general, comprar una caja fuerte tiene como finalidad evitar que los ladrones tengan éxito. La policía alerta que los ladrones de casa suelen optar por robar aquellos objetos de valor fáciles de transportar y fáciles de sustraer, como pueden ser el dinero, joyas, documentos importantes…que suelen estar en cajones o ciertamente accesibles a la vista.
Ya hemos hablado de los niveles y grados de seguridad, que a mayor sea, mayor va a ser el grosor de las paredes y la puerta (así como la forma de abrirla), lo que va a determinar completamente en la dificultad de abrirla y en el peso. Remarcamos el peso porque una caja fuerte homologada puede pesar más de 300 kilos con facilidad o está anclada a la pared, lo que imposibilita que los ladrones puedan llevársela para abrirla posteriormente.
Resistencia contra incendios
El fuego es otra de las preocupaciones de toda persona que quiere proteger su hogar, especialmente si son billetes, documentos o equipos informáticos los que se pueden ver afectados. El nivel de seguridad es un buen indicador, las cajas fuertes ignífugas son sometidas a pruebas para ver hasta qué punto son ignífugas. Normalmente son sometidas a mucho calor (lo suficiente para recrear un incendio real) durante un tiempo prolongado y se mide en qué medida afecta al interior de la caja fuerte.
Por ejemplo, si una caja homologada está diseñada para proteger documentos en papel, el interior nunca llegará a los 150º, mientras que si la finalidad de la misma es guardar DVD o discos duros, la temperatura nunca llegará a los 50º (teniendo en cuenta unas condiciones de fuego normales o algo superiores para garantizar la seguridad de la caja fuerte).
Resistencia frente a inundaciones
Es un aspecto cada vez más demandado. ¿Quién no ve cada año noticias de localidades que sufren inundaciones cada poco tiempo o por primera vez en su historia? Es tal la fuerza del agua que en el peor de los casos puede derrumbar las paredes de una casa, por lo que una caja fuerte puede soportar y proteger el contenido frente a las inundaciones es un aspecto que debe conocerse. Comprar una caja fuerte a prueba de inundaciones puede ser tan importante como comprar una caja fuerte a prueba de fuego o ladrones.
Las cajas fuertes homologadas y certificadas suelen ser sumergidas en agua para comprobar su capacidad de mantener el interior seco.
Escojas la caja que escojas, que sea aquella que te haga sentirte seguro
De nada sirve decirte que una caja es mejor que otra si no va a cumplir con tus expectativas. La caja que elijas debe ser aquella que te haga sentirte a ti y a los tuyos tranquilos.